Escrito por Jim Gasperini, éste fue el número inaugural de la colección, y es el segundo que me leo yo después de “Al encuentro de los dinosaurios” (cuya reseña también he publicado en esta página).
Es más sencillo y fácil que el otro, lo que hace que funcione especialmente bien como “prueba piloto” de la serie, ya que deja claro el funcionamiento y la dinámica, dejando los experimentos más raros para entregas posteriores.
La estructura de todos estos libros es la siguiente: Primero te cuentan la premisa y tu misión; después te indican los objetos que te llevarás; a continuación hay una base de datos que es optativa de leer pero que te ayudará un montón en tu aventura ya que contiene mucha información resumida sobre la época que vas a visitar en tu aventura; y por último está el librojuego como tal; al final también hay una página de pistas por si te quedas atascado.
La misión en este caso es viajar a la Inglaterra del siglo XIV, conseguir que te nombren caballero (ahí es nada) y averiguar el origen de la “orden de la jarretera”. ¿Quizá por el título te esperabas conocer al Rey Arturo? Mala suerte, ése existió en los siglos V ó VI, mil años antes de la acción principal de este libro, ¡si es que realmente existió!
En esta ocasión es totalmente innecesario visitar la página de pistas (confieso que en el de los dinosaurios sí que la ojeé alguna vez), porque aquí la propia base de datos del principio tiene absolutamente todo que necesitas, si bien está un poco peor organizada que la de los dinosaurios y es menos atractiva.
Si consultas a menudo esa base de datos y durante la aventura ejercitas la comprensión lectora, en esta entrega es fácil llegar a hacerte el “golden path” a la primera, es decir, llegar al final del libro de una forma fluida y sin entrar en ningún bucle ni repetir secciones. Yo no lo conseguí porque soy un cazurro y no presté atención a una pista clara sobre una yegua, pero gracias a eso aproveché para internarme adrede en los caminos “incorrectos” u optativos donde, quisiera destacar, hay contenido muy interesante que te puedes perder si decides ir todo recto: Toda una batalla en Francia y una visita relámpago a la época del posible verdadero Rey Arturo, casi un paleto en esta adaptación para nuestro divertimento.
Como todos sabéis, en estos libritos solo hay un final y no te puedes morir, pero quisiera destacar que esto no se publicita en ningún lado del propio libro, lo que permite que un lector que desconozca este dato pueda sentir que se puede morir en cualquier momento, por ejemplo si te tratan de aplicar la letal prueba del agua, o si te ves expuesto a la peste negra, o especialmente cuando participas en grandes batallas donde queda meridiano que la vida en esos aciagos tiempos no valía nada. De hecho, aun siendo infantil o juvenil, la historia hace un buen trabajo mostrando la crudeza de la guerra y lo penoso de esos años (¡hasta hay un dibujo de cabezas cortadas ensartadas en lanzas!).
Lo único malo de estos libros es que, si entras en bucle y te toca repetir secciones, éstas no son cortas, ocupando por lo general 2 ó 3 páginas, y se siente absurdo tener que volvértelas a leer enteras, pero bueno, te saltas el texto si ya te lo conoces y ya está.
Los personajes secundarios son pintorescos y hay más de uno que tiene su arco a lo largo de la aventura, terminando de hecho la historia con la catársis de uno de ellos.
Os recomendaría esta pequeña delicia descatalogada que te lees en un ratito, si no sospechara que los fans de los librojuegos clásicos la habéis disfrutado ya.
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