miércoles, 27 de febrero de 2008

QUE SE MUERAN LOS FEOS, de Boris Vian

Hoy toca hablar sobre un libro corto que me he leído últimamente. No nos entretengamos más…

Advertencia: Este artículo (o post) contiene detalles de la trama y el argumento de la novela a tratar.

“Que se mueran los feos”, de Boris Vian, se presenta como parodia de novela negra, al estilo de las películas “El Halcón Maltés” y “El sueño eterno” (Estas películas de Humphfrey Bogart son consideradas clásicos, pero lo cierto es que a mí no me gustaron demasiado. Una narrativa poco ágil y llena de detalles aburridos) pero según se va desarrollando nos damos cuenta de que en el fondo tiene más que ver con una novela erótica.

No te esperas el alto nivel de erotismo que te vas a encontrar en “Que se mueran los feos”. Desde el principio te lo insinúa: El protagonista enseguida revela el propósito de mantenerse casto y puro hasta cumplir los 20 años (para lo que le quedan únicamente seis meses), pero por su belleza se ve acosado constantemente por el género femenino y, por un cúmulo de circunstancias, terminará estando lejísimos de haber cumplido este objetivo, para el regocijo de los lectores y lectoras a quienes nos guste el erotismo :)

Lo cierto es que de este género poco había leído yo… De lo que leí, lo que más me gustó fue el manga francés, simple y dulce en sus dibujos, “Fresa y Chocolate”, de Aurelia Aurita, y su segunda y más emotiva continuación.

He de decir que al principio tenía prejuicios hacia el libro, por el título. “Que se mueran los feos” sugiere que la historia pueda tener cierta connotación racista, pero nada más lejos de la realidad. La idea principal de la novela se encuentra bastante eclipsada durante la mayoría de los capítulos; así debe ser, ya que hablamos de una novela, o parodia de novela, de suspense, donde lo importante se suelta al final. De hecho no se aparta del halcón maltés mencionado antes (aunque incluyendo erotismo in crescendo empezando por -cual más cual menos- sutiles roces y culminando en un par de orgías en toda regla) hasta bastante después de la mitad del libro, donde se adentran en la base del malo maloso y se encuentran con sus experimentos, que no habían aparecido ni se habían sugerido antes.

El malo de la película –digo novela- es el doctor Schutz, que está creando humanos artificialmente a partir de las células de los seres humanos que él considera más bellos. La situación me recordó a las dos películas de James Bond en las que aparece Tiburón, “La espía que me amó” y “Moonraker”. En ambas, el malo maloso quiere reclutar a los seres más bellos del mundo y protegerlos (en una de las cintas los oculta bajo el mar, y en otra los saca al espacio) mientras destruye el resto de vida que quede en el planeta, incluyendo a los feos. Es James Bond, así que la historia termina bien, pro supuesto, pero estamos hablando de “Que se mueran los feos” donde los protagonistas, algunos con más conformes que otros, se tienen que unir a la causa del terrible personaje.

La idea final, a modo de diálogos entre los personajes y en formato de prueba empírica, es bastante clara: Si se cumpliesen los deseos del doctor y en el mundo primase la gente bella, entonces los ávidos de sexo se cansarían y querrían probar algo nuevo, por lo que la afortunada preferencia sexual serían los feos, la minoría. El título representa el sentimiento de los protagonistas, que son dos hombres sanos y fortotes y normalmente han tenido mucho éxito con las chicas. Hasta entonces lo que querían era mantenerse vírgenes el máximo tiempo posible y lo conseguían a duras penas, pero ahora que le han cogido el gustillo, las chicas van a preferir a los feos. La solución que se propone Mike en las últimas líneas es liarse con las feas también… todos estamos de acuerdo: en la variedad está el gusto.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Bueno, ayer, con tanta historia olvidé tontamente postear aquí, asi que hoy he pensado hacerlo antes de que los webcomics y el &%$?¨^* examen de alemán me lo impidan:
...
El librito, tal como lo cuentas, tiene una pinta rara. Ya sé que debería sentir curiosidad, pero es que me da un poco de miedo intentar empezarlo.
En otro orden de cosas: ¿el nombre del autor es un alias? porque lo parece.

Bueno, me piro, tengo el vago recuerdo de que tengo que estudiar para un exámen, pero... ¿de qué era? ...

Agh! Kartofeln!

FJ García dijo...

Gracias por comentar ^_^

Contestando a tu primera pregunta: El autor de este libro escribió algunas de sus novelas utilizando el seudónimo de Vernon Sullivan, pero Boris Vian es su nombre real. O_O

Contestando a tu segunda pregunta: De papel. ^_^

Anónimo dijo...

¡¡¡Wooo!!!

¡¡Qué buena pinta tiene este libro!! O.O

PD: Yo ahora me estoy leyendo los 10 Libros de Arquitectura de Vitruvio para un trabajo, con el GRAN estrés que eso conlleva >O<

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