Buenas. Estoy en la sede de Marmotfishstudio (el piso de León Pérez). Esta tarde se iba a realizar una actividad que consistía en una maratón de escritura de relatos improvisados sobre temas aleatorios; sin embargo sólo hemos asistido dos: Cho y yo.
Cancelado el maratón, hemos decidido que aún así vamos a (intentar) escribir un relato entre los dos. Aquí, directamente, en el blog.
Así que pues nada, vamos allá.
"Oh, my...!"
Aprendí a nadar en la Fuente de los Elefantes de Fuenlabrada. Esas fuentes se encuentran en medio de una solitaria placita. Que se encuentra en Fuenlabrada. Escaleras sobre grandes columnas que impiden el acesso a las mismas. Puesto que es una fuente, de las escaleras cae... agua.
Tras años de crol en lo alto de esas inaccesibles fuentes (a las cuales yo puedo acceder) una horrible verdad se mostró ante mis ojos el otro día.
Mientras hacía unos largos nocturnos, apareció una luz bajo de mis pinreles*. Algo se movía debajo de mí.
-¡Patético humano!
-¿Eh?- Me sentí abrumado por el enigma que se iba a hacer público ante mis ojos...
Inesperadamente, a mi espalda, un grandioso aparatejo surgió del agua de manera vertical haciendo un sonido atronador. Algo así como ¡RUASH! aunque podría haber sido también como un ¡SWASH!, seguido de un ligero borboteo.
Mientras el objeto quedaba en el aire antes de caer, un observador curioso y avezado, podría haber visto que se trataba de una nave cuyo dueños obviamente venían de dimensiones que el ser humano no podría jamás soñar alcanzar. Poseía un gigantesco perforador en el morro, además de cohetes propulsores en su lateral, de los cuales se prodía deducir por el dibujo de "¡peligro! ¡inflamable!" que normalmente escupían fuego. Obviamente dichos propulsores no estaban encendidos puesto que la nave venía del agua... Normalmente, bajo el agua no se puede crear fuego. Aunque existen excepciones. Ahora mismo no me viene ninguna a la cabeza, pero sé que existen excepciones. Ha de haberlas. Sigamos con mi historia, de todas formas.
Finalmente cayó y quedó flotando como un hidroavión, balanceandose suavemente. Me dí la vuelta**, y vi como se abría la escotilla superior. De ella, salió un humano vestido de capitan capital del ejercito de la URSS. Por el polvo de sus hombreras, situé su "disfraz" a mediados de la Guerra Fría, aproximadamente.
-¡Ja, ja, ja! ¿Qué? ¿Te hemos asustado? ¡Pues que sepas que vas a estar más asustado todavía! ¡Hemos de abducirte, meterte en una jaula de cristal y experimentar con tus fluidos corporales y con tus organos! ¡Por que somos extraterrestres que queremos dominar a la Humanidad!
Apareció un pequeño cadete al lado del teniente con una gigantesca nariz, que le susurró algo al oido, mientras el otro seguía dandole al pico:
-¡Y somos seres superiores...! ¿Cómo? ¿Qué? ¡Ah! ¡Sí! ¡INTRATERRESTRES! ¡Somos intraterrestres! ¡Y como intreterrestres que somos vamos a adbucirte, cogerte y hacerte cosas muy chungas! ¡Qué no sabes con quien te la estas jugando, tío*****! ¡Apuesto a que no has tenido oportunidad de enfrentarte a intraterrestres anteriormente!
-Esto... -Me quedé sin palabras.-No.
Así pues, a pesar de mi ocurrente y carismatico discurso anteriormente citado en el que mostraba mi objeción al proyecto, me metieron en una caja de cristal, me cogieron, me robaron un par de órganos y me abducieron (en ese orden) tras lo cual el capitán teniente coronel general o lo que fuese esa criatura infrahumana*** dijo:
-¡Venga, despeguemos! ¡Vayamos rumbo al area cinquenta y un... (esteee)! ¡Rumbo a las estrellas! (Y eso.)
El mismo chiquitillo narigudo de rango inferior había vuelto a corregir al imperfecto. Digo, interfecto.
Se oyeron rugir los motores, despegó la nave (creo) y partimos, pues eso, rumbo a las estrellas... del interior de la Tierra. No sabe usted qué cantidad de universos puede llegar a haber bajo la corteza de un planeta como el nuestro. Bajo Plutón hay menos, pero estamos hablando de un planeta mayor.
-¡Plutón ya no es un planeta, hostias ya!
¿Qué? ¿Cómo podía...?
-No te esfuerces, niño. Tenemos unos electrodos conectados a tu corteza cerebral y gracias a ellos podemos conocer todos y cada uno de tus pensamientos. Así que deja de pensar en la generala ahora mismo, antes de que se entere y te corte la entrepierna.
-Eso.- Dijo la generala.
Así que dejé de pensar en sus dulces, dulces pech...
-¡Que dejes de pensar en ello, so cerdo!
Mierda. Esto de los electrodos era un fastidio. De todas fromas, ¿a qué electrodos se referían si sobre mi cabeza no había nada?
-Eso... Bueno, es que son... mágicos, eso, electrodos mágicos. Se lo regalaron a esta expedición los reyes magos el año pasado. Porque fuimos muy buenos. Y matamos a mucha gente. Eso es bueno.
Y pensé... "Oh, my...!"
-¡No pienses sandeces, gracias! (Debes dejarlas crecer) Lol.
Ende.
Epílogo: Al final no eran extraterrestres, eran miembros del ejército de la base de Getafe, en pos de una misión de estudio psicológico.
* Para quien no lo sepa, pinreles es una locución más graciosa para denominar una bonita parte del cuerpo como son los pies.
** No sé como coño puedo haber descrito todo el aparatejo anterior.
***Según el diccionario adjunto a la guía del trompetista intergaláctico, "criatura infrahumana" significa "criatura por debajo de los humanos", lo cual tiene lógica ya que esos seres con pinta de humano e idénticos sentimientos eran o decían ser intraterrestres, es decir, criaturas que existen debajo de la Tierra, debajo de las criaturas que tienen pinta de humanos y que de hecho sí que son humanos.****
****la frase más larga que he escrito en mi vida.
*****Robert de Niro podía haberle demandado sin problemas.******
******Este relato es tan absurdo que, como el lector avezado habrá podido observar, hemos alterado el orden de las notas a pie de página. Somos realmente peligrosos mentalmente hablando. (Introduzca aquí sonido de risa maligna)
(Le voy a dar a publicar entrada mientras se nos llevan a Cho y a mí en camisa de fuerza hacia la furgoneta blanca que hay a la salida de la sede.)
sábado, 5 de abril de 2008
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2 comentarios:
Justo cuando crees que has visto todo cuanto puede salir de la diarrea constante que es la mente humana... se te tira un cuesco en la cara.
...
Habeis vuelto a fumar lo mismo del tren a Valencia ¿verdad? :-)
Que no, que lo que hacemos es ingerir globos oculares, XD XD
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